El Oso: Nada del otro mundo

Por El Erudito del Sangui

Llegamos al lugar fruto de la recomendación de un eximio consumidor de sánguches y del cual gozamos de su amistad. "Están buenos, son grandes y no son caros", había sentenciado corto y preciso algún tiempo atrás. Y esas palabras bastaron para convencernos en la necesidad de ir a indagar al local sanguchero.

La primera impresión es que El Oso se trata de una sanguchería por demás conocida en la zona. Las motitos del delivery no descansan ni un minuto. El ir y venir es una constante a lo largo de la estadia. "La gente de por acá hace una banda de pedidos, y no sólo sanguis sino también pizzas", describió José, un habitante de esta barriada que de vez en cuando elije las empanadas para saciar el hambre. Sucede que El Oso, ademas de ofrecer los tradicionales lomitos, milanesas y hamburguesas, brinda una opción extra sanguchera compuesta por empanadas y pizzas. "Aunque lo que mas se clava la gente son los sanguis, se piden muchas pizzas y empanadas", explicó este versado en el funcionamiento comercial del local.

La estructura del local es simple y de tipo barrial. Un techo de chapa que cubre toda la esquina es el encargado de convertir a la vereda en una amplia galería. Allí, unas cuantas mesas y sillas verdes le dan al lugar el mínimo confort requerido para sentarse a disfrutar de una cena o almuerzo. Adentro, apenas hay espacio para una cocina y un pequeño mostrador donde se realizan los pedidos. Un parlante colocado en altura y a un volumen considerado ameniza la estadía. Lejos de devolver ruidosas melodías, la radio sintoniza una emisora amena.

La oferta sanguchera es por demás escueta, pero la indispensable para satisfacer a los clientes. Milanesa, hamburguesa y lomito. Simple y concisa, o algo mezquina si se quiere, mas aún teniendo en cuenta la cantidad de especialidades que han ganado espacio en los últimos tiempos en la provincia. El sabor es aceptable, pero lejos de ese contundente veredicto positivo que nos había señalado, tiempo atrás, nuestro experto amigo. "No están mal, pero sin duda el pan influyó muchísimo para que el puntaje sea escaso", afirmó decepcionado uno de los críticos. Y no es para menos, bastaba un solo mordisco para que el paladar denuncie la antigüedad del pan. "Es de ayer, aún así no es tan bueno", agregó el experto.

La carne es buena, ni mas ni menos pero, como viene ocurriendo seguido, un tanto escasa. Las verduras aprueban y los aderezos logran despegar de la media. "La carne está bien, no encontré venas. Y los aderezos me gustaron, eso sí, el picante no", describió Ezequiel, quien concurría por primera vez al lugar. Sin dudas el punto débil viene de la mano del pan que, reiteramos, es viejo, lo que opacó los demás componentes a la hora de la degustación.

En cuanto a la bebida, el local expende Coca Cola en versión de 1 y 2 litros, y las cervezas son Norte. Y pese a que tenían una buena temperatura nos acercaron un hielera a la mesa, algo para tener en cuenta. No será el tipo de sánguches que esperábamos encontrarnos pero zafan. Habrá que ver si su calidad aumenta con un pan como la gente. Somos optimistas, y creemos que así será.

Sánguche de lomito
Puntuación: 5.5

La carne, si bien es sabrosa es muy chica para el pan (muy flojo por cierto); parece lo mismo que comer una feta de jamón en un pan de campo. El tamaño y los buenos aderezos ayudan con el puntaje. Por San Guchazo

Hamburguesa
Puntuación: 4.5

El tamaño es bueno, la hamburguesa es casera, pero el sabor a poco de la carne y una ves mas, el pésimo pan hacen de este sánguche uno mas del montón. Por San Guchazo

Sánguche de milanesa
Puntuación: 5.5

De entrada prometía mucho. El muy buen tamaño y la correcta atención sumaban para que el producto pareciera ser de muy buena calidad. Sin embargo, un pan bastante mas que malo y una tacaña cantidad de milanesa ayudaron a que bajen puntos. Si bien era sabrosa, falta bastante para que sea un "Gran Sánguche". Por El Erudito del Sangui