La Camila: Buena calidad en todos sus productos

Por El Erudito del Sangui

Media docena de simpáticas farolas devolvían una armónica tonalidad cobriza que iluminaba a medida el patio al aire libre. A un costado, dos parejas de no más de 40 años conversaban cariñosamente, y una oportuna brisa otoñal redondeaba una noche perfecta para disfrutar de una sabrosa delicia tucumana. "Ta lindo para comer un sangui ché", exclamó un crítico, intentando acaso acreditar su insaciable apetito, que por cierto, lo llevó a repetir el plato. "Es que acá se come bien", se justificó más tarde.

A doscientos metros, sobre la avenida Mate de Luna, dos bocinazos agudos fueron los únicos intrusos que lograron irrumpir por unos segundos en la apacible velada de paladeo. "La ubicación está barbara, es muy fácil llegar", explicó otro crítico haciendo alusión, justamente, a la cercanía con la principal avenida de la provincia. Así, de entrada nomas, La Camila nos recibía muy bien para practicar el ritual preferido de los tucumanos.

La decoración del salón no hacía mas que confirmar el ambiente ameno y familiero del lugar. "El que no es muy fanático de los sánguches hasta puede confundir el local con una parrillada", exclamó el experto en lomitos. Y razones no le faltaban. Un patio de césped repleto de mesas, juegos infantiles y un amplio salón nos invitaron a sentar. Adentro, la disposición del abundante mobiliario convenció al más indeciso. "Vengo seguido porque se come bien y siempre hay lugar", detalló Octavio mientras daba el primer sorbo de la noche a una Norte.

El pedido llegó tras unos razonables minutos, y después del primer bocado, el versado en hamburguesa sentenció: "tan buenos los aderezos". El catador de lomitos no se quedó atrás, y acto seguido hizo extensiva su crítica: "me gusta el sabor de la carne, pero hubiera preferido que no fuera tan gordita", tras lo cual aclaró jocosamente "me salió muy gay el comentario, pero todavía me gustan las mujeres", provocando la risa de los dos integrantes que lo acompañaban.

Los sánguches llenaron nuestras panzas, pero principalmente nuestras expectativas. El tamaño era bueno, los aderezos, como aclaró un crítico, denotaban buena calidad, y las verduras obtuvieron el pulgar arriba del que más sabe del tema. "No serán la gran cosa pero están bien", señaló. La oferta es amplia, además de los tradicionales sánguches estaban el lomito de cerdo, de pollo y la ternera. Sólo un punto recibió un despiadado reproche. "Otra vez Mc Cain intentando imponer sus papas fritas cuasi monopólicas", resongó Amante de la Comida 53. "Menos mal que las hamburguesas no eran Paty y sí de estilo casero", agregó.

La bebida, de la multinacional Pepsi, sólo podía ordenarse en la versión de 1,25 litros. Así que quienes gustan  de beber varios vasos se verán obligados a pedir otra botella más. "Lo que pasa que el negocio se encuentra en las bebidas, si no venderían botellas mas grandes", explicó un experto. Respecto a la bebidas con alcohol, más precisamente las cervezas, correspondían a la línea Quilmes, es decir, Norte y Stella Artois. La novedad de la carta venía de la mano del postre. A diferencia de la inmensa mayoría de sangucherías, La Camila ofrece helados para saciar ese capricho dulce que surge, generalmente, luego de comer algo salado.

En definitiva, este armonioso local se presenta como el lugar indicado para aquellos que aparte de efectuar el ritual gustan de las sobremesas. Las comodidades y, principalmente, los sánguches descendientes de Los Eléctricos invitan a ello. "No será la mano de Pichón, pero si sus enseñanzas", finalizó el crítico en alusión al experto sanguchero que solía deleitar a los tucumanos en calle Suipacha.

Sánguche de lomito
Puntuación: 7,5

Sin dudas el punto más alto del sánguche viene por el lado de lo más importante, la carne. El lomo es de un grosor importante y muy sabroso, pero para mi gusto era un bife como el que hago en mi casa para comerlo con ensalada. El pan con un tostado algo extraño es bueno pero no descolla, las verduras acompañan correctamente y el adherezo es de excelente calidad. Se trata de un lomito simple, bien hecho y con materia prima de primera calidad por eso el resultado es muy bueno. Por San Guchazo


Hamburguesa
Puntuación: 7

Aunque no es casera casera, es de producción en masa, no estoy seguro si es de marca o no, tiene un sabor muy bueno y si no fuera por la consistencia y forma pasaría por creación de la casa. Estuvo bien secundada por un excelente pan (con el tradicional tostado patentado por Pichón en Los Eléctricos, tostado a la plancha y no en tostador) una excelente cantidad de queso en feta y aderezos de primer nivel. En conclusión una sumatoria que da una muy buena hamburguesa de resultado. Por Amante de la Comida 53


Sánguche de milanesa
Puntuación: 8


Lo que más me gustó de la milanga fue su sabor, algo elemental aunque algunas veces poco tenido en cuenta. No abusa del condimento ni peca de insulsa, por lo que se presenta ideal para la generalidad. El grosor es bueno, casi el ideal para un buen sánguche. Los aderezos acompañan muy bien, mientras que las verduras hacen lo suyo. A mi entender, el pan tosado a la plancha, logra distinguirse de la media y le otorga un sabor especial. Realmente muy bueno. Por El Erudito del Sangui