martes, 2 de noviembre de 2010

Lo casero y lo industrial se unen en Sanguchería Kool



Por El Erudito del Sangui

Un hombre muy amigable irrumpe en la tranquilidad del local y casi desde la puerta le encarga a la Doña tres sanguches que, él mismo, se encargará de buscar apenas 15 minutos después. Sin dudas, Sanguchería Kool se trata de un local de barrio y tanto su clientela como quienes lo atienden lo dejan en claro. Una tele puesta en un lugar estratégico para el cocinero de turno, mas que para los comensales, transmite ShowMatch, y todos los ojos del local están puestos en el baile del momento. Sin embargo, quienes se acercan al mostrador son atendidos apenas hacen notar su presencia.

"Yo pido siempre a Kool, me lo mandan al toque y los sanguches son muy grandes", aseguró Santiago, un vecino que vive a sólo 2 cuadras del lugar. "Es una sanguchería que vive, principalmente, de los vecinos", agregó este cliente fiel, que por circunstancias desconocidas, se acercó en persona a comprar su cena.
En cuanto a la calidad de los apretados, el paladar denuncia un toque híbrido entre lo casero y lo industrial de las sangucherías que producen casi en serie. El tamaño es realmente muy bueno, tanto en la versión Común como en la Super y Super Kool, que difieren entre sí por el tamaño y los agregados de jamón, queso y huevo. Sin embargo, el punto débil viene de la mano de la carne, que lejos de ser mala es un tanto mezquina. "El único garrón es que la milanesa y el lomito son finitos", describió uno de los eruditos del sánguche que participó de la degustación y prefirió mantenerse en el anonimato. Por eso, teniendo en cuenta que el pan es realmente bueno, las flaquezas del producto vienen dadas por lo fundamental: la carne.

Con respecto a la estructura edilicia, Kool presenta un tamaño acorde a los requerimientos de los vecinos. Sin embargo, hay aspectos que podrían mejorar. La mesa elegida para la crítica tambalea por un defecto en una de sus patas, lo que impide el normal desenvolvimiento de los CRITICOS DEL SANGUCHE. La vajilla es similar a las de las sangucherías de tipo barrial pero, sin ser demasiados estrictos en la crítica, podrían ser mejores.

La atención es buena. Una improvisada mesera (que a juzgar por los críticos pareciera ser parte de la familia de los dueños) se acerca amablemente para anotar el pedido que, transcurridos escasos minutos, es puesto en la mesa. Sanguchería Kool se trata de un local de Barrio Sur que brindará a quienes se acerquen a él, un buen producto en relación a su precio.

Sánguche de lomito
Puntuación: 5.5

Al igual que la hamburguesa y la milanesa, el grosor de la carne es ínfimo. La calidad del pan y las verduras suman para que el paladar se sienta un tanto a gusto con el sánguche pero, a decir verdad, la tarea de evaluación se complica debido a ese gran defecto que les mencioné. Por El Erudito del sangui

Sánguche de milanesa
Puntuación: 6.5

Las diferentes variedades que pueden encontrarse en este emparedado (común, kool, común grande y super kool) son los que hacen de éste, la especialidad de la casa. En cuanto al sánguche en sí, puede decirse que no abunda la cantidad de carne, pero sí su buen sabor; además está muy acompañado por sus aderezos y verduras, sin olvidar la suculenta porción de papas. El pan muy bueno, recomendable. Por Sanguchólogo

Hamburguesa
Puntuación: 4

Solo dos cosas se pueden rescatar de la hamburguesa. El pan y el hecho de que sea artesanal. El tamaño en si es bueno, pero la"feta" de hamburguesa no se dejaba saborear por el diminuto espesor de la misma. Es fundamental una buena relacion entre la cantidad de carne y el pan. En este caso tengo que decir que la gente de Kool falló en eso. Por Amante de la comida 53

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ta muy bueno el blog loco!! ya lo voy a promocionar entre mis amigos, sigan así.

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