Bigote´s: Para despuntar el vicio en pleno centro

Por El Erudito del Sangui

Caminando por la 25 de Mayo al mismo ritmo que lo hacen los cientos de ejemplares que suelen avistarse en la peatonal con la sobaquera bajo el brazo, es muy difícil que alguien pueda distinguir a Bigote´s a la pasada. Pero dado que éste local gastronómico goza de cierta popularidad, cualquier tucumano promedio sabe de su existencia. "El lugar es chico, pero ¿quién no sabe que acá queda Bigote´s?", esgrimió Alejandro, mientras esperaba un taxi en la 25 casi San Juan.

Si bien no se ven botellas de whisky arriba de la mesa, ni sedientos pelirrojos bebiendo Guinness, el acogedor salón y la rústica barra de madera, nos trasladan a un típico Irish Pub. Pero así como rápidamente entramos en trance, también salimos de él en apenas segundos. "Si no fuera por el característico olor a fritura que despide la milanesa o las papas fritas, podría decirse que estamos frente algún pub de algún pueblo irlandés", señaló un crítico del sánguche guiado por la arquitectura del lugar.

Escasos metros de frente y muchos más de largo dan forma a este local, que si bien ofrece pizzas, calzones y minutas, es visitado mayormente por los devotos de la comida tucumana por excelencia: los sánguches. Así, la carta de Bigote´s ofrece un amplio abanico de opciones que la completan los mexicanos, supremas, costeletas y sánguches de miga. En cuanto a la bebida, la línea Pepsi es la encargada de saciar la sed de los comensales por medio de botellas de 1,25 y 1,5 litros. Por su parte, la cerveza elegida por los dueños para refrescar las gargantas de los consumidores es la creada por Otto Bemberg, es decir la Quilmes. Sin embargo está la opción de pedir una Brahma.

"Apenas me trajeron el pedido, imaginé que se trataba de un sánguche de altísimo nivel, pero una vez que lo probé me di con que no era así", describió el crítico especializado en lomitos. No es que sean malos, pero se asimilan a los sánguches de restaurant. "Para mí es consecuencia de no ser un local exclusivamente dedicado a la elaboración de sanguis", añadió el experto. En líneas generales están, ni más ni menos, que bien, a excepción de la hamburguesa que tuvo un veredicto muy poco alentador.

Para algunos el ambiente es acogedor, para otros es chico. "Es uno de los pocos lugares en el cual la música ameniza la estadía", aclaró un comensal ubicado en la mesa de al lado y que se sentía muy a gusto con el rock pop suave de contenido que rumoreaba nuestros oídos. Cerrando la crítica, habrá que ver que ofrecen los otros productos. Pinta, al menos, tenían.

Sánguche de lomito

Puntuación: 6

El aspecto del sánguche hacía pensar que nos encontrariamos con algo mas allá de lo normal, sin embargo esto no pasó; era pinta y casi nada más. El lomito no sale de lo común, si bien la carne es rica no es algo maravilloso al igual que el pan. Las verduras y el agregado de huevo quizás sean los puntos más altos, pero sin descollar. En síntesis, se puede decir que aprueba con lo justo. Por San Guchazo

Hamburguesa

Puntuación: 2,5

El lugar por excelencia de los alumnos de Filosofía y Letras, me trae a la mente bigotes de celebridades. Y en este caso, me recuerda al vagabundo de Charles Chaplin. Pobre en harapos y monótonos. Así, solamente así, se puede describir a la hamburguesa que me sirvieron. Un poco de carne molida con forma de plato no es una hamburguesa. Se necesita mucho más. Particularmente, nunca había oído que a una hamburguesa le sobrara grasa. Pero así fue. Pedí a Dios por las corporaciones. Pedí a Dios por una Paty. Por Amante de la Comida 53

Sánguche de milanesa

Puntuación: 6

Al igual que mi compañero San Guchazo, al ver el producto en la mesa imaginé algo mejor. Sin embargo eso no quita que sea un buen sánguche. El pan, según mi criterio, no era del estilo que los sangucheros queremos, aún así no era malo. Un sabo agradable se distinguía de la milanesa, pero como ya hemos visto en otros lugares, algo escasa. Las verduras y los aderezos bien. Por El Erudito del Sangui