Los Increíbles: Sánguches en pan árabe, hojaldrado y sanguchero

Por El erudito del sangüi

Sobre la avenida Independencia, y a lo largo de varias cuadras, el local de Los Increíbles resalta sobre la monótona arquitectura del vecindario. Luces, carteles, mesas y un incesante ir y venir de clientes contrastan con la quietud de las casas colindantes, que sólo se distinguen por algún que otro foco de mediano voltaje encendido.

La calurosa noche invita, obligadamente, a sentarse en alguna de las mesas dispuestas en la vereda. “En verano, comer adentro debe ser un martirio. Es un horno”, deslizó Maximiliano luego de haber permanecido algunos minutos decidiendo su cena entre las tantas opciones que enseña el cartel apostado arriba de la cocina.

Las mesas están casi todas ocupadas. De las más de media docena disponibles, sobresale del resto una que abarca buena parte de la vereda y que está compuesta por una familia numerosa que, al parecer, celebra algún acontecimiento. Más atrás, al borde de la calle, dos jóvenes de no más de 25 años observan detenidamente las pantallas de sus celulares mientras aguardan que la mesera les acerque el pedido.


Los Increíbles está en una esquina, y desde la calle Diego de Rojas, que bordea a la sanguchería, proviene una buena cantidad de clientes que prefiere comprar el sánguche y llevarlo para comerlo en la comodidad de casa, pese a que el servicio de delivery cuenta con más de una moto. “A este pequeño fenómeno lo he visto en las sangucherías que están retiradas de la ciudad”, explicó Julio en referencia a los vecinos que prefieren caminar un par de cuadras por una milanga que pedirla por teléfono.

Además de sánguches, los vecinos suelen encargar pizzas, según comenta un crítico que conoce el lugar y que fue testigo del buen número de personas que las solicita. Los apretados que ofrece la carta se enmarcan dentro de los tradicionales, pero se destacan por las diferentes variables. Las milanesas, lomitos y hamburguesas son preparados en versión normal e increíble (jamón, queso y huevo), y el pan puede ser optado entre el sanguchero, árabe y hojaldrado, novedad total en el rubro.

Una Coca Cola de un litro ayuda a amenizar la espera mientras los cocineros preparan el pedido. De fondo, un parlante que no abusa de su potencia, reproduce hits de antaño que se enmarcan dentro del rock pop suave de contenido. “Es importante que la música no sea invasiva y que permita poder entablar una conversación”, espetó Gonzalo haciendo alusión a aquellos locales que contaminan la estadía con canciones a todo volumen.

En este local de los suburbios de San Miguel de Tucumán los sánguches aprueban con una nota que un estudiante poco apegado a los libros festejaría sobremanera. Sánguches, pizzas y empanadas conforman el menú; y las gaseosas de la línea Coca Cola son las únicas disponibles para tomar. Por último, la cerveza Budweiser y Salta negra son las encargadas de satisfacer a quienes la asociación milanga-birra les resulta indispensable. Y, si de extras se trata, hay una buena opción de papas fritas para encargar.

Sánguche de lomito
Puntuación: 7,5

Muy buen producto; buen sabor y tamaño. Muy importante la buena cantidad de carne y el correcto acompañamiento de verduras y aderezos. La verdad que todos los componentes armonizan entre ellos. Me animé a pedir el pan hojaldrado, novedad del lugar, pero a contrario de lo que pensé éste pan secaba demasiado el sánguche. Estoy seguro que con pan normal o árabe (la otra opción) la puntuación sería mayor. Por San Guchazo

Hamburguesa
Puntuación: 4

La gente de Paty, al parecer, está ganando cada vez más con nuestras sangucherías. Esto se acerca cada vez más a Buenos Aires, donde no se pide una hamburguesa sino un paty; y la verdad no quiero ser porteño. Aquí también encontramos una simple paty con nada que destacar más que el ingrediente externo que es el ají. Nada más. Por Amante de la Comida 53

Sánguche de milanesa
Puntuación: 7,5

Si de sabor se trata, la mila de Los Increíbles es sabrosa. Con un pan bueno y los demás componentes por encima de lo monótono y reiterativo, el resultado es muy bueno. Pero ojo, tampoco es un sánguche que valga una adjetivación del estilo del nombre del lugar. Lo positivo es que para el paladar, el sabor es algo fuera de lo común. Por El erudito del sangüi