jueves, 20 de octubre de 2011
Quino: Un bar con el pintoresco toque de barrio Sur
Por El erudito del sangüi
Por la vereda de la calle La Rioja, un hombre entrado en años camina a paso lento con un andar que sugiere cierta convicción. Antes de subir el primero de los tres escalones de la entrada saluda con un gesto adusto a una mesa repleta de parroquianos, y sin detener la marcha, y con la mirada fija en el televisor, se sienta en una banqueta de la barra.
En Quino, esta escena es frecuente y la completan familias que llegan hasta ésta esquina de barrio Sur para disfrutar de una escueta pero justa variedad de sánguches. “La clientela es muy variada”, explicó un crítico que comió en más de una ocasión en el lugar. “Además de preparar sánguches, aquí sirven café”, agregó el especialista, justificando la heterogeneidad de personas que concurren ya sea para comer una mila o para tomar un café y leer el diario en soledad.
El paso del tiempo se ha encargado de hacer su trabajo. Las gastadas paredes exhiben un sinfín de recortes de la magistral creación de Joaquín Salvador Lavado, alias “Quino”, que cautivan a un crítico que los admira en silencio. A las viñetas en donde Mafalda y Manolito reflexionan sobre distintas circunstancias mundanas, se le suma un cuadro con un afiche sobrio y pequeño que rememora la inauguración del local, allá por 1992, y que cotiza a los sánguches en australes.
La velada elegida para la degustación invita a elegir una mesa de la vereda en virtud de aprovechar la tímida ventisca nocturna que contrasta con el calor que envuelve al pequeño salón, y que sin embargo, alberga a un par de clientes que entre tragos de cerveza comentan un partido de la Copa Sudamericana. Sobre la barra, dos lomitos son devorados por dos tipos que giran cada tanto sus cabezas para ver las alternativas del partido, mientras que en una mesa que está junto a una pared repleta de adornos, un hombre espera por su plato, que al parecer, se trata de una hamburguesa.
A medida que la tarde va quedando atrás, la máquina de café funciona cada vez menos, y en su lugar, cobran protagonismo la plancha y la freidora. Entrada la noche, el servicio de cafetería queda en el olvido y las mesas reciben a los devotos del culto sanguchero. Las tazas ya no son frecuentes, y en sus lugares, los vasos rebosantes de cerveza Quilmes, o en su defecto de Pepsi, entran en escena.
Surtido como típico local de la vieja usanza, además de ofrecer sánguches y cafés, Quino oferta pizzas que salen a un ritmo lento pero constante. Los apretados disponibles, como era de esperar, entran dentro de la variedad tradicional, es decir, milanesa, lomito y hamburguesa (lamentablemente Paty).Y, al igual que en la abrumadora mayoría de sangucherías, hay papas fritas listas para ser ordenadas.
Si bien es cierto que Quino no trabaja exclusivamente en la elaboración de sánguches, ésta opción del menú es una de las más solicitadas. En la intersección de Las Piedras y La Rioja, un bar con el inconfundible estilo de barrio Sur, está a la espera de recibir a quienes todavía no hayan pasado por allí.
Sánguche de lomito
Puntuación: 6,5
Típico sánguche barrial. Un buen producto donde se destaca sobre todo la carne. Los aderezos y las verduras acompañan correctamente y el pan es bueno pero, quizás, excesivamente tostado. Como en el 95% de las sangucherías del rubro "barrial" el producto es bueno, aunque no descolla; se trata de una interesante y tradicional opción en zona Sur. Por San Guchazo
Hamburguesa
Puntuación: 4
Estoy seguro de que la madre de Mafalda hacía hamburguesas caseras, estoy seguro que en el almacén de Don Manolo no vendían Paty. No entiendo qué pasó en Quino que me sirvieron una paty, común y corriente. Lo único bueno fue el picante... nada más. Por Amante de la comida 53
Sánguche de milanesa
Puntuación: 6
Casero y con elementos dignos de un sánguche barrial. La verdura fresca y el buen sobresalen del resto de los componentes. El tamaño concuerda con lo que uno suele encontrar en lugares que no son sólo sangucherías, es decir, es regular. El ají es producto de las ganas de ofrecer un condimento para el disfrute y no por la obligación de tenerlo en la carta. La milanesa, es agradable en sabor pero escasa en cantidad y los aderezos del montón. Por El erudito del sangüi.
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1 comentarios:
El analise de la hamburguesa fue genial! jaja
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