Por El erudito del sangüi
Las Talitas. En Bar César el ambiente es por demás barrial. Al puñado de comensales que se llegan hasta la esquina de Juan Domingo Perón y Granaderos de San Martín para disfrutar de alguno de los tantos apretados que sus cocineras preparan, se le suman una buena cantidad de vecinos que prefieren retirar los sánguches para comerlos en la comodidad de casa.
Pese al a época del año, la noche se muestra por demás agradable para optar por la primera opción. Y, si a eso le sumamos que Boca y River están por disputar el primer clásico de verano, César se muestra como un lugar más que óptimo para ver el desarrollo del primer partido de la historia entre ambos con River en la B. “La noche está fresquita. Ideal para sentarse adentro”, argumentó San Guchazo mientras elegía una buena ubicación.
Las cinco mesas que forman parte del salón están ocupadas, en su mayoría, por simpatizantes del club de la Ribera. “Un día de semana en el que no haya partido es muy difícil que concurra la misma cantidad de gente”, sentenció con seguridad un cliente que dice comer bastante seguido en César. Afuera, bajo el techo de una amplia y confortable galería, el panorama es algo desolador. La barra, tantas veces elegida por los clientes, sufre las consecuencias de que la televisión transmita el clásico porteño.
La estructura y el funcionamiento del local difieren con respecto a la mayoría de las sangucherías. Para quienes prefieren sentarse a comer en el salón, una mesera es la que tomará el pedido. En cambio, quienes gustan de la comodidad del hogar se acercan en persona a la barra que da a la vereda para hacer el encargo o retirar el pedido. “No tenemos delivery pero muchos llaman por teléfono y buscan la comida unos cuantos minutos después”, explica una de las encargadas de la cocina.
La oferta gastronómica incluye sánguches de milanesa, lomito, hamburguesa y ternera. Pero fuera del rubro sanguchero, la carta ofrece milanesas a la napolitana, matambre, tortillas de papa y pizzas. “Si bien las napolitanas son solicitadas, lo que mas elige la gente son los sánguches”, detalló un fiel cliente. Si bien el tamaño de los apretados es aceptable, el plato incluye una pequeña porción de papas fritas, ideal para llenar los estómagos de los clientes de buen comer. Esta novedad se da tanto para quienes piden el sangui común como especial (incluye jamón, queso y huevo). La bebida que ofrece César es de la línea Coca en envases de litro. La bebida con alcohol viene de la mano de las cervezas Norte y Quilmes.
En este local de Las Talitas, el nivel de los apretados es parejo. No se distingue por tener un nivel superlativo, sin embargo el paladar quedará conforme. Sobre todo, teniendo en cuenta la atención y el precio.
Sánguche de lomito
Puntuación: 6,5
Un sánguche más que aceptable pero que no sale fuera de lo común. Típico sabor barrial y un muy buen pan son sus puntos más altos. La verdura y el aderezo acompañan correctamente y la carne si bien es buena es demasiado finita (por ahí viene el punto flojo). Seguro que un buen grosor aumentaría el sabor del sánguche y con ello su puntaje. Párrafo aparte para el acompañamiento con papas fritas. Por San Guchazo.
Hamburguesa
Puntuación: 6
En un pan más que aceptable y de dimensiones importantes, los cocineros (porque eran sangucheros de raza pura) calzaron una sabrosa hamburguesa casera. Buen sabor. Podría ser un poco más gruesa lo que le daría quizás un puntito más. Los agregados son escasos pero el jamón es jamón y el queso es bueno (salvo el huevo). Los aderezos insípidos y el picante era de elaboración propia: un chimichurri con unos retazos de ají y mucha verdurita para poco picante. Conclusión: aprobada. Por Amante de la comida 53
Sánguche de milanesa
Puntuación: 6
El muy buen pan del apretado es lo primero que llama la atención del paladar. Sin embargo, el ínfimo grosor de la milanesa no ayuda a distinguir del todo el sabor. El color de las verduras demuestra que son frescas, mientras que los aderezos se pierden un poco. En definitiva, lo más importante, que es la milanesa, no ayuda a ser degustada debido a su escasa e ínfima estructura. Por El erudito del sangüi.
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