Brizuela: Promotor de la tradición sanguchera de Tucumán

Por El Erudito del Sangui

A comienzos de la década del 50`, Ramón Eduardo Brizuela decidió que ya era hora que los tucumanos conocieran las delicias que preparaba. Armó un precario local, preparó las milanesas e inauguró un rubro gastronómico que hoy, más de 50 años después, es uno de los más característicos de la provincia. "Cuando mi papá era chico me dijo que se mandaba un apretado de Brizuela todas las semanas", recuerda Santiago. "Siempre que alguien nombra a las milanesas, mi viejo dice lo mismo", agrega este muchacho que heredó el gusto del padre y, que si bien no come todas las semanas, se clava uno por mes seguro.

La avenida Avellaneda está calma. Por la vereda, y cada tanto, un peatón cruza por el ventanal con la misma indiferencia que muchos tucumanos llevan cuando pasan por enfrente de la Casa Histórica. Brizuela, al igual que contados locales de la provincia, es tan tucumano como el sánguche de milanesa. Y gracias a los nutridos años de preparar esta delicia, ocupa un lugar en el imaginario de todo tucumano. "Mi viejo no es tan sanguchero, pero siempre me nombra a Brizuela o a Pepé", comenta Julio. "Y mirá que mi viejo es grande, y conoce Tucumán como pocos", agrega este enamorado de la milanesa completa.


Las paredes rosáceas atestiguan los millares de devotos que han sabido probar este emblemático sanguche, y la antigua heladera es acaso el más privilegiado de los testigos. Con varios años encima, es la misma que ha enfriado durante décadas la bebida que varias generaciones disfrutaron, al igual que lo hacen hoy los más contemporáneos. La barra que divide el espacio entre comensales y cocineros conserva aún el honor de ser uno de los lugares más elegidos por los clientes. Aunque cualquiera puede hacerlo, no son muchos los que comen ahí. Es un espacio casi reservado para los que más entienden del culto sanguchero. "El que se sienta ahí, es porque tiene cierto status dentro del circuito sanguchero", expresó Lucas, a lo que agregó: "Hay que tener un tema de conversación importante, sino se desperdicia el lugar".

Una de las paredes muestra el contraste que genera, casi con exclusividad, el paso del tiempo. Un modernoso reloj cuelga al lado de algunas decoraciones de antaño. A un costado, un ventilador antiguo que sugiere una muy buena potencia, es otro ejemplo del correr precipitado del tiempo. Las mesas, en tanto, se esparcen por todo el salón de manera prolija, sin embargo sólo algunas sirven para poder ver la televisión. Finalmente, en un lugar privilegiado, yace un cuadro con una nota de La Gaceta al responsable de que este local siga en pie. 

El producto es muy bueno. Para los que han recorrido una buena cantidad de sangucherías puede parecerle un sánguche dentro de la media. Sin embargo, los más conservadores sostienen que es de lo mejor que ofrece la provincia. De tamaño regular, pan excelente y verduras buenas, el apretado arroja un muy buen resultado que se corresponde con la fama y la amplia clientela que asiste a diario a la Avellaneda 386. "El tamaño es igual al de las sangucherías tradicionales e históricas. ¿Se dieron cuenta?", preguntó el crítico que sueña con algún dia ser juez de la Corte Suprema de Justicia. Sucede que si hay algo que distingue a los pioneros de éste arte es el tamaño de sus elaboraciones. "No es que sean mezquinos, lo que pasa es que hay muchos dando vueltas que engañan con sánguches enormes pero feos", explicó uno especialista.

Brizuela es, en definitiva, un lugar tan tucumano como la milanga misma. El disparador para que cientos de comerciantes se hayan establecido con la novedad por todo el territorio provincial. Junto a Chacho, Don Pepe y el desaparecido Los Eléctricos forman parte de la historia misma de Tucumán, más allá de lo pura y exclusivamente gastronómico.

Sánguche de lomito

Puntuación: 6,5

Hacía mucho que no andaba por Brizuela,un par de años. No fui con una gran expectativa culpa de lo que me habian comentado últimamente sobre este lugar. Pero este lugar emblematico me cerró la boca, demostró todo lo que vale para la cultura sanguchera; un buen sanguche que podria ser aún mejor. El tamaño y grosor de la carne es lo flojo aunque es rica. El pan sin dudas lo mejor. Por San Guchazo

Hamburguesa

Puntuación: 3,5

Muchas veces me toca tener una opinión diferente de mis compañeros catadores por el hecho de tener que hacerme cargo de la hamburguesa, un producto tan de la familia sanguchera y a la vez tan individual y de características propias. Por dar un ejemplo, el pan nunca será lo mismo, así que se tiene en cuenta el pan del lomito y milanesa. En este caso tengo que discernir totalmente con mis compañeros. Tradicion??? estoy seguro que hace 30 años Don brizuela no vendia hamburguesas paty (finitas) y estoy seguro que elegía un buen pan, al cual tambien daba un toque caracteristico tostándolo (cosa que no hicieron en mi reciente visita). Sin mas que decir me despido. ISABEL!!!!!!! Por Amante de la Comida 53

Sánguche de milanesa

Puntuación: 7

De buen sabor y excelente pan, este apretado conserva algunas cualidades que no se observan en otras sangucherías. Los complementos están bien pero no abundan, lo que ayuda a que no sea ciento por ciento sabroso. De tener un mejor tamaño y más cantidad de carne estaríamos hablando de una de las mejores milangas. Por El Erudito del Sangui