viernes, 18 de noviembre de 2011
Los Picapiedras: Un bar, más que una sanguchería
Por El erudito del sangüi
Bajo el techo de la vereda casi no hay lugar disponible. Refugiados de la lluvia, una decena de comensales sigue atentamente las alternativas de un partido de Atlético. Adentro, en cambio, el panorama es distinto. La buena cantidad de mesas que dan forma al salón están a la espera de que alguien se siente a cenar. Atraídos por el ventarrón que despide un ventilador, los críticos se ubican en una mesa que recibe de frente todo el viento y se disponen a comenzar con la degustación.
Los Picapiedras no es un local de venta exclusiva de sánguches. Además de los apretados, los cocineros preparan pizzas que según el rumor popular son de buen nivel. Como es costumbre, el movimiento gira entorno a los dos televisores que transmiten el partido y sólo los 15 minutos del entretiempo logran dispersar la atención de los clientes, que apenas oyen el pitido del árbitro salen disparados hacia el baño. Otros, lo hacen en dirección a la cocina para corroborar el estado de preparación de sus sánguche.
“La clientela del lugar es básicamente la misma, y la componen un grupo de 8 a 12 personas que siempre vienen a comer un sánguche, tomar una cerveza y mirar los partidos”, explicó un crítico que transita con frecuencia por allí. “Pasen el partido que pasen, siempre están firmes con su sánguche y su vaso de cerveza”, agregó este experto en milanesas, que además aclaró que el local es uno de los más antiguos que hay sobre la avenida Aconquija.
Para acompañar a los sánguches, la bebida disponible es de la línea Coca y puede ser pedida en envases de 1 litro y de 1,5 litro. Para los que gustan de cerveza como acompañante del chegusan, Budweiser y Norte son las encargadas de saciarles la sed y darles con el gusto.
La estructura, que coincide en cierta medida con la antigüedad de la sanguchería, es bastante confortable. Eso sí, a diferencia de los nuevos locales del rubro la experiencia que se respira se acerca más a la de un bar. Un mozo de pantalón negro y camisa blanca junto a una carta con variedades ajenas al culto sanguchero lo ponen en evidencia.
En cuanto a los productos que nos interesan, Los Picapiedras no ofrecen nada del otro mundo. Tanto la milanesa como el lomito son apenas unos apretados más del montón, sin nada que valga la pena destacar. Quizás el pan o la cordial atención de los empleados merezcan subrayarse. Y para los amantes de la hamburguesa es necesario aclarar que se trata de un medallón de preparación casera. Además de los tradicionales, Los Picapiedras elaboran sánguches de miga, ya sea de ternera o jamón y queso.
La aparición en escena de numerosas sangucherías dedicadas ciento por ciento a la creación de sanguis ha puesto en aprietos a los bares que aún mantienen en la carta a los infaltables sánguches de milanesa y lomito. La evolución y las novedades en los productos de los flamantes locales sangucheros han dejado a numerosos bares en una posición complicada. Deberán esmerarse más si es que no quieren perder a la clientela sanguchera.
Sánguche de lomito
Puntuación: 5
No pasa nada. Esta simple alocución definiría al sánguche de Los Picapiedras. Un lomito común y corriente con un pan normal, verduras del montón, carne ni rica ni fea y aderezos cortados. Para salir de apuros nada más. Por San Guchazo
Hamburguesa
Puntuación: 5
A simple vista tiene un tamaño normal, pero no safisface el hambre como debería. Es casera pero le falta potencia al sabor; no es insípida pero el agregado de queso (cuartirolo) y el huevo (casero y súper concentrado) hacen que se pierda el sabor de la carne. El pan es bueno y los aderezos medio flojos. El picante es malo. Por Amante de la comida 53
Sánguche de milanesa
Puntuación: 4,5
Que no sea un lugar de preparación exclusiva de sánguches explica en gran parte el puntaje. Una milanesa finita y sin demasiado sabor, aderezos muy comunes y la verdura apenas aceptable. Sin dudas los sánguches no son su fuerte aunque el cartel describe a Los Picapiedras como pizzería y sanguchería. Por El erudito del sangüi
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1 comentarios:
una vez me pedi una milanesa en ese bar y mordi algo q me hizo pingo el diente, era un carozo de aceituna comido un asco. Nunca mas!
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